Es así como esta travesía y otras como el Doble Agonía, fueron incorporadas al programa ROpEx en el que se forman y entrenan nuestros expedicionarios, incorporando a la lista de invitados a una modesta base de datos de amigos y conocidos con capacidades y sobre todo mentalidad apta para aceptar las condiciones de estos entrenamientos especiales.
A estas travesías las consideramos como una oportunidad de poner a prueba la fortaleza física, la voluntad, la táctica, la autonomía y por su puesto ser un momento distendido de esfuerzo deportivo y encuentro con nuestros camaradas y amigos. Nos enfrentamos a grandes esfuerzos, sin asistencia y a sabiendas que el único premio es la satisfacción de superar un desafío inolvidable.